miércoles, 29 de abril de 2009

JUEGOS A PARTIR DE 2 AÑOS

VOLTERETAS EN LA CAMA GRANDE.
A partir de 2 años.
Material: Ninguno.
Participantes: Un niño y un adulto.
Dónde: En la cama o en una colchoneta blanda.

No existen reglas, sólo hay que dejarse llevar por el instinto para realizar un juego muy físico con el niño, basado en una secuencia de volteretas, balanceos y acrobacias. El objetivo es experimentar la potencialidad del cuerpo, con la presencia tranquilizadora de un adulto, que ofrezca al niño la confirmación de su habilidad.


EL EQUILIBRISTA
A partir de 3 años
Material: Una cuerda fina y cinta adhesiva.
Participantes: Los niños que quieran.
Dónde : en casa o al aire libre.

Extiende la cuerda en el suelo, en línea recta, y fíjala con la cinta adhesiva. Es preferible que los niños estén descalzos. Los pequeños deberán “actuar” como equilibristas y caminar sobre la cuerda, apoyando un pie delante del otro, como si estuviesen en la cuerda floja. El juego también es adecuado para los más mayorcitos, que lo enriquecerán imitando los gestos de los equilibristas: los brazos abiertos para mantener la posición, oscilando el tronco, corriendo el peligro de sufrir una caída, etc…Los niños que están sentados en el suelo deberán animar a su compañero y aplaudir cuando llegue al final del la cuerda. El objetivo de esta actividad es experimentar el placer de dominar el cuerpo, realizando gestos y movimientos con precisión; pequeños pasos, brazos abierto, tronco erguido, etc.. Porque la autoestima también pasa por el control, delicado y no forzado, del propio cuerpo.

AHORA HAY QUE TOCAR:

DEFINICIÓN Y OBJETIVO: Los niños correrán a tocar el objeto o la persona que el director del juego proponga en cada ocasión. Favoreceremos su motricidad, así como la agudeza visualEDAD: A partir de tres años.MATERIALES: Ninguno (cosas que haya por el jardín, en el parque o en casa).DESARROLLO: El director del juego se pasea con los niños por un entorno determinado, a medida que avanzan les va ofreciendo cosas que tocar: ¡ahora hay que tocar una cosa de color rojo!, ¡ahora hay que sentarse en el suelo sobre una baldosa!, ¡ahora hay que subirse a una piedra!, ¡ahora hay que saltar un escalón!...CONSEJOS: Busca opciones variadas en las que intervengan objetos muy diferentes, colores, texturas, movimientos y posiciones corporales distintas. Con niños mayorcitos se puede jugar a que queda eliminado el último en realizar lo que se ha pedido.


MÚSICA SÍ, MÚSICA NO.
A partir de los 4 años.
Material: Un reproductor de música, objetos para enseñar y dejar caer (patatas, plumas, hojas, piedras, bolitas…)
Participantes: Un adulto y los niños que quieran.
Donde : en casa , en el aula.

Elige una música que guste a los niños (debe tener ritmo y ser pegadiza). Explícales que , mientras escuchan la música, pueden bailar. Sin embargo, en cuanto bajes el volumen, deberán quedarse quietos. En ese momento, les ordenarás que se dejen caer al suelo, cada vez de una forma distinta, mostrando cómo caen objetos de pesos y formas diferentes, que observarán e imitarán: plumas, patatas, piedras, hojas, pelotas de tenis, etc… Cuando vuelva a sonar la música, deberán levantarse y volver a bailar, hasta la siguiente parada. El objetivo de esta actividad es experimentar el control del cuerpo, moviéndolo de formas distintas. Esta capacidad fomenta la autoestima del niño, que se siente competente y válido.

ABRAZOS MUSICALES:
DEFINICIÓN Y OBJETIVO: Se trata de saltar al compás de una música, cogiendo o abrazándose los niños entre sí por parejas, hasta llegar a un gran grupo o abrazo final. Así, desde una acogida positiva a todos los participantes, favorecemos el sentimiento de grupo, EDAD: A partir de los 4 años.MATERIALES: Aparato de música, instrumento musical (o nuestra propia voz y palmas).DESARROLLO: Haremos sonar una música o cantaremos una canción y cuando la música se detiene, cada persona coge o abraza a otra. La música continúa y los participantes vuelven a bailar cogidos a un compañero. La siguiente vez que la música se detiene, se abrazan tres personas. El abrazo se va haciendo cada vez mayor hasta llegar al final, momento en el que no queda ningún participante sin ser abrazado.CONSEJOS: el grupo de niños debe ser numeroso, cuantos más mejor. Si no es muy grande no dejaremos que en cada turno se abracen más de dos niños. Debemos dinamizar el baile, promover encuentros que nos interesen, y festejar el éxito final del juego.

ADIVINA QUIÉN SOY:
DEFINICIÓN Y OBJETIVO: Se trata de una adaptación del clásico juego de adivinar películas, actividades, profesiones o personajes famosos. Desarrolla la capacidad de observación y la memoria visual. EDAD: A partir de 4 años.MATERIALES: Ninguno.DESARROLLO: Realizaremos imitaciones gestuales de profesiones, actividades, juegos, implicando a los niños en la representación (si hago de doctor cogeré a un niño del grupo para mirarle la garganta o auscultarle). Con los niños más pequeños es necesario dar pistas verbales acerca de la vestimenta o el uniforme, del espacio donde se desarrolla la actividad, etc... CONSEJOS: Busca profesiones y actividades que los niños puedan reconocer con facilidad. Aunque parezcan muy fáciles, puedes empezar revelando detalles más sutiles al principio para enriquecer la experiencia. Podemos hacer intervenir a cada niño permitiéndoles que por turnos nos propongan una imitación al oído, y que sea él quien responda “sí” o “no” cuando el resto de los niños ofrezcan sus respuestas.

LA DANZA DE LA TRIBU
A partir de 6 años.
Material: Un reproductor de música.
Participantes: Un adulto y muchos niños
Dónde: En el aula o en el patio.
Pide a los niños que nombren a un jefe de la tribu (todos desempeñarán este papel , por turnos). Pon la música, que deberá ser pegadiza y con ritmo. El jefe empezará a bailar y los demás niños deberán imitar su estilo y sus gestos. Cuando bajes el volumen de la música, todos los jugadores deberán quedarse quietos en la posición en que se encuentren (siempre habrá pequeñas diferencias entre unos niños y otros) El jefe pasará entre ellos y designará a su sucesor, poniéndose delante del elegido y reflejando su posición de la forma más precisa posible. Después el juego empieza de nuevo: el nuevo líder deberá proponer otro sucesor cuando pare la música, eligiendo entre los niños que todavía no han realizado el papel de jefe de la tribu. El objetivo de este juego es experimentar la gratificación de ser elegido, de convertirse en el jefe y de decidir a su sucesor sin abusar del poder, porque todos los niños, antes o después , dirigen y lideran el juego.



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